Aprovechando una visita a Riad, el anuncio del Primer Ministro libanés Saad Hariri de no regresar al Líbano, causó una gran sorpresa y una crisis política en este país, con ramificaciones internacionales añadidas. Tras unos contactos diplomáticos a alto nivel, que le ha llevado también a Francia, Hariri finalmente regresó a Beirut.
La actual convulsión política que sacude Líbano, tiene su origen en el conflicto geopolítico regional que enfrenta a Arabia Saudí e Irán. Hariri, que también posee la nacionalidad saudí, está enfrentado políticamente a Hezbollah, apoyado por Irán. En un país fuertemente dividido política y confesionalmente como el Líbano, las tensiones irano-saudíes, tienen la capacidad de hacer saltar por los aires el frágil equilibrio del país. En cualquier caso, para Hariri y sus apoyos, es poco probable que puedan desbancar a Hezbollah de la fuerte influencia que tiene en Líbano.
Por Fígaro.
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