En anteriores artículos publicados en este Observatorio y en relación con los impactos de los movimientos migratorios sobre el conjunto de la UE, catalizados por la guerra de Siria y añadidos a las corrientes definidas por la FRONTEX; se pronosticaba una crisis política derivada del ascenso de movimientos identitarios en los principales países de la UE-28.
Pero no solamente ese fenómeno podía hacer tambalear el statu quo europeo en una de las regiones político-económicas que con la evolución de los focos de poder globales se ha quedado en la periferia del centro de gravedad mundial, sino que en relación con los cambios en la política exterior del país más poderoso del mundo, los EEUU, esta debilidad se podría agudizar hasta el punto de llevar a la UE a una compleja e incómoda situación, además de la salida ordenada del Reino Unido, en parte debida a las políticas migratorias.
Desde el año 2002 la distribución espacial de los solicitantes de asilo en cuanto a los países de entrada ha sido bastante desigual en el seno de la UE. Si desde esa fecha Alemania ha sido uno de los principales focos de atracción o lugares de destino, con una cifra de 442.000 demandantes de asilo en ese año, Hungría le seguía en segundo lugar con cerca de 174.000, y del mismo modo en el año 2005 este país fue el que recibió el mayor número de demandantes por primera vez, 1.770 por cada 100.000 habitantes.
Por Fígaro.
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