1. INTRODUCCIÓN
En relación con el fenómeno terrorista de raíz islamista en Suecia, se remite la siguiente valoración.
2. ANÁLISIS
El atentado terrorista en Estocolmo la semana pasada, perpetrado por un inmigrante de Uzbekistán en situación irregular, nos demuestra la vulnerabilidad de la ciudadanía y del Estado ante este fenómeno. En el Reino de Suecia, no ha sido el primer caso, pues ya en 2010 se produjo otro atentado que acabó con la vida del terrorista e hirió a dos personas. Con el trasfondo de estos ataques, hay que destacar otros factores que influyen en la propagación del radicalismo islámico, como el demográfico, con una población musulmana que comprende según cifras oficiales, aproximadamente el 5% de la población y aumentando, especialmente tras la crisis de refugiados del 2015. Las dificultades de integración socio-laboral y el crecimiento de la delincuencia no hacen sino avivar la llama de la inestabilidad social, al que se suma ahora el factor del terrorismo, en el que fue y en gran medida sigue siendo, un país abanderado en muchos de los factores que miden el desarrollo de una nación y de una sociedad.
Con respecto al factor demográfico, la presión migratoria, amenaza con alterar en el medio plazo la base demográfica de Suecia, que consume recursos y a su vez es fuente de problemas sociales y de seguridad. Este malestar de la población nativa no solo no encuentra respuestas efectivas dentro del marco político tradicional, sino que además es reprimido, ya que afecta directamente a la ideología sobre la que están basados los partidos del establishment político, imbuidos por la ideología social demócrata, lo que causa la impresión de una falta de alternativa real y reformista ante estos desafíos. En estas circunstancias y ante la progresiva pérdida de la identidad nacional, el crecimiento del populismo identitario es una posibilidad real.
Por otro lado, para la población inmigrante, las barreras culturales, la dificultad de acceso al competitivo mercado de trabajo, provocan la percepción de discriminación y de falta de perspectivas de futuro. La tasa de delincuencia, más elevada entre la población inmigrante que entre la nativa, no ayuda al proceso de integración. Todos estos factores tomados en su conjunto, contribuyen a la propagación de ideologías radicales en parte de la población inmigrante musulmana. Situación que es extrapolable a otras naciones de Europa.
Por Fígaro.
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