“Sólo las naciones que dedican un presupuesto justo y decente a las necesidades de Defensa son tenidas en serio y son admitidas a sentarse a la mesa de cualquier negociación”
En España con la profesionalización de las FAS no sé abrió el imprescindible debate social que tuviera como consecuencia la asunción por parte de la sociedad de su importancia para la defensa de nuestra sociedad y sus valores.
La profesionalización fue consecuencia de la comodona y cortoplacista decisión a “acabar con la incomodidad” del Servicio Militar Obligatorio considerado de forma ignorante como una traba, un estorbo o una interrupción en los estudios de nuestros jóvenes.
Países de nuestro entorno lo han mantenido y desde luego no han suprimido las labores de alistamiento, en colaboración de la Defensa con los ayuntamientos, para mantener una estructura para casos de urgencia ante cualquier contingencia o catástrofe. Así Francia mantiene el “día de reclutamiento” para llevar a cabo anualmente el alistamiento de los jóvenes comprendidos en esa edad.
En España se creyó que con la profesionalidad se cerraba el conflicto con los ayuntamientos que se negaban a colaborar con esos cometidos legales y ante los que la Justicia actuó con absoluta tibieza.
Hoy, ayunos de esa conciencia de Defensa no ya en el pueblo llano sino en las más altas estructuras del Estado, hace que la elefantiásica administración que padecemos no sea capaz de librar en tiempo y forma las cantidades para que una unidad militar pueda cumplir con sus mínimos programas de instrucción y adiestramiento orientado al mejor servicio a la sociedad, lo cual es un síntoma peligroso de nuestra enfermedad.
Queda claro que sólo las naciones que dedican un presupuesto justo y decente a las necesidades de Defensa son tenidas en serio y son admitidas a sentarse a la mesa de cualquier negociación.
En España, desgraciadamente, se abusa de la vocación y en esta materia hace años que la indecencia es norma de actuación de todos los gobiernos, cualquiera que sea su color, empleando la materia de Defensa como el saco en el que hurgar y recortar para alimentar el monstruo del sistema autonómico de organización territorial… el reino del clientelismo, el chanchullismo y las “duplicidades”, a la vista de que nadie se va a quejar.
Por Fígaro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario