“No necesito que nadie me represente, ni me defienda como mujer y no quiero ser igual a un hombre”
No soy mi abuela, que por cierto fue una mujer muy independiente y adelantada para su tiempo, ni mi bisabuela, ni mi tatarabuela. Los tiempos han cambiado y a las mujeres ya no se nos educa para estar en casa, cuidando de los hijos y realizando las labores del hogar. No necesito que nadie me represente, ni me defienda como mujer y no quiero ser igual a un hombre. No me siento inferior, ni menos capacitada, ni menos inteligente que ellos.
No soy una fémina desvalida y mucho menos voy a aprovecharme de la nueva moda que aboga por la igualdad de género, para empezar, porque no somo iguales. Puede que tengamos la misma capacidad a nivel intelectual pero no la tenemos físicamente y eso es indiscutible. La naturaleza es sabia y por algo nos hizo diferentes… diferentes y complementarios.
No tengo complejos por ser mujer y pienso que si quiero que me traten como “igual”, lo primero que he de hacer es demostrar que lo soy. Trabajo, esfuerzo, tesón, aptitud y actitud. Autoconfianza en lugar de autocompasión. Si yo no creo en mí, tampoco puedo esperar que crean los demás. Si quiero respeto, debo ganármelo y eso, como mujer y como persona. No soy sexo, no soy débil y mucho menos del sexo débil. No me molesta un piropo agradable, lo considero un halago no una agresión, y me gusta que un señor sea galante y detallista. Eso no me convierte en una mujer machista, como me han calificado en alguna ocasión mis congéneres “feminazis”, que no feministas, y ahora me pongo con ellas.
¿Con qué autoridad moral se permiten “Errejones”,”Echemingas” y similares juzgar, condenar y sentenciar al edil de Alcorcón?
Estos días se está produciendo una auténtica situación de acoso y derribo contra David Pérez, alcalde de Alcorcón, por expresar su opinión con respecto a ellas y que, por lo visto aunque no sorprende, está algo sacada de contexto. Vale, de acuerdo en que teniendo un cargo público debería haber sido más prudente y moderado pero, a fin de cuentas, no ha dicho nada que no pensemos muchos y muchas. Estas fueron sus palabras y se sobreentiende que habla de las feministas radicales, las bien denominadas feminazis: “Las feministas son a veces mujeres frustradas, amargadas, rabiosas y fracasadas como personas”. Y no solo las comparto, todavía podría ampliar más la lista de calificativos porque y sigo hablando de esas feministas radicales, matizo para que no se sientan ofendidas otras feministas, desde luego esos esperpentos a mí no me representan.
”Ahora resulta que todo es opresión del “heteropatriarcado” y todas aquella mujer que no pienses como ellas, es porque ha sido educada bajo ese concepto”
No son más que machos castrados. Ahora resulta que todo es opresión del “heteropatriarcado” y todas aquellas que no pensamos como ellas, es porque hemos sido educadas bajo ese concepto. Hemos crecido en un ambiente “heteropatriarcal” y fascista, por lo tanto, somos merecedoras de recibir insultos e incluso ser agredidas por el citado colectivo de “femiengendros” que, todo hay que decirlo, no me despiertan la más mínima simpatía, ni ganas de empatizar bajo ningún concepto.
Perdonen pero yo he tenido un padre estupendo, y nada machista, que me ha educado igual y dado las mismas oportunidades que a mis dos hermanos varones. Esa falta de respeto, esa agresividad y los cada vez más crecientes ataques hacia el género masculino, me parecen enfermizos, descabellados, estúpidos, ilógicos y fuera de lugar. ¿Acaso no tienen padres, hermanos y abuelos? Sigo con el mundo de lo absurdo! Resulta también que defender los derechos de la mujer, pasa por compararnos con las vacas porque sepan Vds. que ordeñar vacas, también es un acto machista. Pues nada señoritas, por eso de la igualdad, pónganse Vds. a ordeñar toros. “No a los lácteos, no a la explotación de ninguna fémina, el consumo de lácteos es MACHISMO. Las vacas son compañeras”. Cuando no están con una manifestación así de surrealista, nos están indicando a todas las mujeres, como debemos vivir nuestra sexualidad.
¿la utilización en el mundo lésbico de juguetes sexuales, debe considerarse agresión con arma blanca?
Por lo visto lo ideal, lo perfecto, sería imponernos a todas un mundo lésbico, tal cual lo leen, según afirma Beatriz Gimeno, “miembra” de Podemos y diputada de la Asamblea de Madrid. Pues que sepa la Sra. que con un mundo lésbico, a mi me amargaban la vida y que yo decido como quiero vivir mi vida, desde mi condición de mujer. Para no extenderme mucho, aquí dejo el enlace a un artículo con las “perlas” de la Sra. a la que no sé si debería llamar becerra, puesto que las vacas son congéneres y en virtud de sus teorías infames y aberrantes.
https://danipirata80.wordpress.com/2014/05/01/perlas-de-la-feminazi-de-podemos-beatriz-gimeno/ Como ya no hacemos caso a lo de la feminización del lenguaje, ni a sus consignas de “machete al machote”, ahora pretenden que la penetración sea considerada un delito porque, el acto sexual, es violencia de género y una agresión machista. Entonces me pregunto, en función de sus inteligentes razonamientos, ¿la utilización en el mundo lésbico de juguetes sexuales, debe considerarse agresión con arma blanca? También es cierto, y no pretendo ser cruel, que con la estética que se gastan y la medidas de falta de higiene que promueven, como parte de la estrategia en la lucha por nuestros derechos, a algunas no les iba a quedar otra que reproducirse por esporas.
“Aquí llega el tema de la maternidad. Por un lado están las que manifiestan que no son contenedores para albergar un embarazo y por otro, las que afirman que abortarían en caso de estar gestando un varón”
Aquí llega el tema de la maternidad. Por un lado están las que manifiestan que no son contenedores para albergar un embarazo y por otro, las que afirman que abortarían en caso de estar gestando un varón. Pues con esos planteamientos ni heteropatriarcado, ni mundo lésbico, ni reproducción por esporas porque me temo que todo apunta a la extinción de la especie. Para colmo de males todo ello transcurre a golpe de subvención, como si no hubieran otras prioridades realmente importantes, dilapidando el dinero en fanatismos y feminismos extremos e inútiles. Es-ta-fa-do-ras, vagas que nunca están ni en el lugar, ni en el momento en los que se las necesita. Otro comportamiento que genera vergüenza ajena y repulsa, es esa moda de reivindicar cualquier cosa irrumpiendo donde se tercie, con las ubres al viento y consignas pintadas sobre el cuerpo. Eso cuando no lo hacen totalmente en cueros, como diría mi abuela. Me parece que con esas actitudes solo consiguen denigrar a todas las mujeres y desvirtuar a las auténticas feministas y su labor. Yo no veo a hombres irrumpiendo en las instituciones, genitales en ristre, cuando desean reivindicar algo…excepto cuando lo hacen en alianza o muestra de solidaridad, hacia tan encantadoras féminas. Entonces ya se despelota todo Cristo para empezar la función del circo de los horrores.
“Discriminar al hombre no tiene nada que ver con proteger a la mujer. Ni con la igualdad. Ni con el progreso. Es socialmente inasumible.”
Y ahora llego a otro punto en el que no dejo de asombrarme y me pregunto: ¿Qué tipo de hombre es el que se solidariza con ellas? Mi conclusión es se trata de los calamandurrios. Unos “seres” que deben provenir de alguna realidad paralela, que empujados por todavía más complejos que ellas y faltos de atención, van de eunucos comprensivos y sumisos. No concibo que un hombre, digamos normal, con un mínimo de dignidad, pueda aliarse con quienes pretenden sodomizar, aniquilar o coser a machetazos en el mejor de los casos, a todo el género masculino. En el mundo de las calamandurrias y los calamandurrios, también voy a incluir a todos esos políticos y políticas que fuera de toda lógica y sin aplicar un mínimo de sentido común, apoyan, animan, fingen compartir sus inquietantes inquietudes y utilizan el tema en función de sus propios intereses. Debe de ser por eso de tener más tirón entre los colectivos de inadaptados porque también votan. De ese tipo de oportunismos también hemos podido contemplar unos cuantos ejemplos estos días.
¿Con qué autoridad moral se permiten “Errejones”,”Echemingas” y similares juzgar, condenar y sentenciar al edil de Alcorcón? Teniendo en cuenta como han consentido e intentado acallar los casos de agresión sexual, por parte de militantes de su formación, o tras salir a la luz las afirmaciones de su “azotador” y sociópata líder, no considero que sean los más indicados. Lo mismo va para el resto de partidos. Unos oportunistas, cínicos y vendidos todos. Si se condena y pide dimisión tras unas declaraciones por considerarlas ofensivas, perfecto, pero coherencia y la misma vara de medir para todos. La lista de dimisiones a pedir es larga. Ya para ir zanjando el tema, puntualizo que en todo momento he procurado diferenciar entre feminismo y “feminazismo”, feministas y “femibestias” porque como bien dice mi sensata y lúcida amiga Ali: “Hay que diferenciar y estar agradecidas al feminismo ortodoxo que reclama la igualdad, lo demás mamarrachadas”. Para terminar, la reflexión (que además comparto) de una mujer inteligente y sin complejos. Espero que tomen buena nota. “Discriminar al hombre no tiene nada que ver con proteger a la mujer. Ni con la igualdad. Ni con el progreso. Es socialmente inasumible.”
Por Fígaro.
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