viernes, 2 de junio de 2017

¿Alguien se acuerda que era eso de la libertad de prensa?

En esta semana se ha tratado de este tema por que resulta imposible hablar de democracia cuando realmente tenemos serias dudas sobre el derecho activo y pasivo a la libertad de información. 

La libertad de prensa está hoy más amenazada que nunca, lo que puede parecer un contrasentido cuando estamos inundados de información, más bien pseudoinformación, en las redes sociales. Hoy damos más verosimilitud a un tweet escrito por cualquier persona que a un análisis riguroso con firma. A veces, la mejor manera de mantener a la gente desinformada es inundarla a información sin entrar en otro tipo de consideraciones cualitativas. 

Los periodistas han sido durante siglos nuestros oídos y ojos ante una realidad extensa y compleja. Sin ellos difícilmente el mundo sería lo que es hoy. Sin duda, la prensa ha sido uno de los importantes motores de la historia reciente. A veces, tenemos la impresión de que han hecho más por la honestidad y la verdad que los jueces y policías. 

Incluso cuando todos negaban determinados hechos aparecidos en las páginas de un periódico o en una misma de radio; al final, se demostraban que el algún por la verdad del periodista triunfaba sobre los intereses de aquéllos que pretendían ocultar por intereses propios realidades muy incovenientes. 

Pero hoy en día, las mayores amenazas a la libertad que ser a su vez las que, más preocupaban no procedan del crimen organizado ni tienen como fin preservar la actividad de la delincuencia común. 
En los países tildados de democráticos, las amenazas proceden de los gobiernos determinados y de determinados intereses económicos que poco o nada tienen que, un con el interés general o la búsqueda de la verdad. 
Todos conocemos la historia de HEARST para incendiar a los EEUU contra España en Cuba, pero era el siglo XIX, y todos hemos creído en mucho tiempo que, estos hechos formaban parte del pasado. Pero no es así.

Entre las redes y las cadenas de televisión y radio se ha creado  una superestructura de poder desinformador sin precedentes. Tanta capacidad de influencia de manera tan inmediata no podían pasar desapercibida a todos aquellos que viven de la opinión publicada. 
Porque la gran amenaza a la libertad de prensa en que los medios necesitan sobrevivir del favor político. Son los gobiernos los que determinan quienes pueden emitir noticias o no a través, de las concesiones de licencias. Cómo ir a pedir una licencia a un funcionario cuando se lleva el ADN de la crítica al gobierno frente al cual se solicita el permiso. 

Si tienes la mente de que te den la licencia, a continuación, vienen las maniobras para inducirte en un grupo empresarial que pueda ser más controlable o más afín. La consolidación del sector, en particular de las televisiones constituye otra grave amenaza a la libertad de información. 

Que dos televisiones sean del mismo dueño es como el Madrid o Barcelona tuvieran el mismo presidente. 
¿Que confianza podríamos tener en el "fair play" si concurriera una circunstancia de esta naturaleza?
A continuación, viene otra poderosa herramienta, la publicidad institucional. ¿Con que, ánimos va un gobierno a publicar la publicidad que pongamos todos los españoles en medios que no sean afines?

¿Hasta que punto es admisible que la publicidad oficial se pague tan generosamente a unos cuando se les niega a otros, con independencia de la audiencia que tengan? No tienen más que investigar hacia qué medios se destinan estas cantidades ingerentes de recursos para percatarse que la arbitrariedad domina la racionalidad. 
A pesar de ello, y por que existe gente honesta, muchos todavía se atreven a salir a las ondas o a las redes para defender esta libertad de información.  Si esto ocurre a continuación, tenemos el descrédito, ya sea de forma directa o utilizando a unos medios contra otros, como si pareciera que se trata de una guerra comercial cuando en el fondo lo que le late es el interés político por acallar la crítica. 

Hemos de decir que en todos los medios son iguales, y que muchos no tienen problemas de mostrarse el ADN, pero también son otros muchos los que evidencian que no están al servicio  de sus lectores u oyentes sino de otros intereses. 
¿Cómo se podía luchar contra esta amenaza? Con más libertad, sin restricciones, con más reparto más objetivo de las publicidades institucionales; con barreras de consolidación entre medios de comunicación entre medios de comunicación y sobre todo impidiendo que las decisiones sobre lo que es importante en España  se tomen fuera de nuestras fronteras. ¿Se imaginan el poder de dos medios aparentemente contrapuestos actuando de forma  coordinada para cuando una imagen distorsionada de la realidad que justificamos  por que procede aparentemente de un debate serio de independiente?
No cabe duda que la democracia en España y en otros países está amenazada ante las carencias en la información que recibimos. Si no ponemos remedio,  acabaremos dando poder a los creadores de opinión que a los representantes políticos, y algunos de estos últimos trabajando desde el bakestage podrían aminar nuestro futuro de las libertades. 

Por eso en Asuntos Exteriores apostamos por el debate, por la confrontación de ideas distintas en un mismo estudio, simplemente para que sean ustedes en su libertad los que decidan y no sean otros los que decidan, por usted; lo que en fondo constituye una dictadura de los medios. Sin información, no podemos ser sujeto de derechos y deberes; es decir, difícilmente somos personas si no dominamos la información que recibimos; y hoy lamentablemente estamos perdiendo la batalla por nuestra libertad. 

 Fígaro. 


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