lunes, 12 de junio de 2017

Cartas a España I: Crisis del Banco Popular ¿ Cómo se puede acabar con un banco de 91 años en una noche?

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La pérdida de confianza en el Popular se reflejó primero en la cotización, pero se convirtió en una mortal fuga de depósitos que el presidente no fue capaz de frenar: 
Este miércoles 7 de junio, muchos clientes de Banco Popular, que también eran accionistas, se acercaron a las oficinas para saber que había pasado en la entidad. Nos encontramos en que se había suspendido la cotización de las acciones, por lo que, una de las preguntas repetitivas fuese: "¿Cuando van a devolver los títulos a Bolsa?" "Los empelados, también estaban confusos. Al poco tiempo, supieron la respuesta: nunca, El Popular, que llegó a ser el banco más rentable de Europa, dejó de existir en Bolsa. 

Pero lo más grave se mantendría en secreto: la fuga de depósitos que pudo alcanzar los 18000 millones exactos según los altos cargos de la entidad.
Lo que ha hecho única (y terrible) la historia del Popular es que haya desaparecido entre las 17,30 horas del 6 de junio (cuando valía 1330 millones en Bolsa ), y las 8 horas del miércoles 7 de junio cuando ya pertenecía al Santander tras pagar un euro. La nueva legislación europea se ha estrenado en España; hay en otros bancos zombis en Italia o Portugal desde tiempo, y ha hecho posible este truco de magia por que una noche una entidad con 147000 millones de activos, 11948 empleados y 1740 oficinas, ha pasado a manos de un competidor. 
La operación ha arruinado a 305000 accionistas e inversores, que tenían unos 2000 millones en bonos convertibles y en deuda subordinada. Los supervisores europeos, junto con unos organismos desconocidos con la Junta Única de Resolución (JUR) fueron los maestros de ceremonia, que además se han felicitado por que no ha costado un euro al contribuyente.
El acto de defunción llegó cuando Saracho comunicó al supervisar a las 15 horas del martes 6 de junio que no tenía dinero para abrir oficinas al día siguiente. La entidad había perdido liquidez a los supervisores, pero estos no se  la concedieron; mejor dicho, el BCE le entregó efectivo por el 10% de los activos que cedieron como aval, un gesto que, en el Popular se entendió  que ninguna autoridad les iba a amparar. 

Su suerte estaba hechada a pesar de que teóricamente era una entidad solvente, aunque con unos niveles de capital muy ajustados. Muchos expertos han criticado esta actitud incongruente de los supervisores. 

Saracho, llegó con la aureola de ser uno de los mejores banqueros de inversión de España. Cobró una prima inicial de 4 millones, al término de contrato, y debía percibir 1,1 millones por ejercicio. 
El 20 de febrero, al llegar al banco, Saracho dijo: "soy muy consciente de la alta responsabilidad que asumo". Al marcharse, reconoció su "fracaso". En la web del banco aún dice, con mucho sarcasmo, que es: "un modelo de negocio rentable y solvente", pero la pérdida de confianza ha demostrado ser un arma de destrucción masiva, en tiempo récord, con el susto en la entidad con más de 91 años de solvencia en el país. 

Fígaro. 


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