sábado, 13 de abril de 2019

MELILLA, FUTURO CENTRO DE ALTA TECNOLOGÍA.


  1. INTRODUCCIÓN
En relación con las posibilidades de la Ciudad Autónoma de Melilla de convertirse en un centro de desarrollo de alta tecnología, se remite la siguiente valoración.
  1. ANÁLISIS
Para España, la posesión de Melilla en 1497, tenía un motivo principal, aumentar la seguridad de la nación y controlar en la medida de lo posible, la frontera sur. Melilla es, políticamente, una Ciudad Autónoma, con una superficie de apenas 13 km cuadrados. Rodeada por el Mar Mediterráneo y Marruecos, se encuentra a 273 km de la ciudad de Málaga.
Hoy en día, además de los desafíos de seguridad, uno de los principales retos de Melilla, es el desarrollo de su economía y la mejora de sus indicadores socio-económicos. Teniendo en cuenta las restricciones derivadas de sus reducidas dimensiones, el papel del sector tecnológico como vector de desarrollo, parece una opción natural. En este sentido, y con el apoyo del Gobierno de España, la Ciudad Autónoma ofrece una configuración administrativa única, que facilita los trámites de creación de nuevas empresas. Prueba de ello es el máximo nivel conseguido en la implantación de la tramitación electrónica de la administración pública.
El aislamiento geográfico con el resto del país, ha supuesto otro desafío para las autoridades. Sin embargo, con el tendido en el año 2014 del segundo cable submarino de fibra óptica, se ha conseguido mejorar la calidad y fiabilidad de las comunicaciones, siendo el único territorio autonómico con una cobertura del 100% de su territorio.
La presencia de mano de obra cualificada es una prioridad para alcanzar el objetivo de desarrollo tecnológico que se ha impuesto la Ciudad Autónoma. A pesar de que los resultados educativos son inferiores a la media nacional, en el año 2015 se inauguró el Centro Tecnológico, que es la base sobre la que apoyan las iniciativas en el ámbito de la tecnología de la información, y que permitiría junto a otros programas apoyados por la administración, impulsar la formación tecnológica.
De cara a poder facilitar la creación de un centro tecnológico, las autoridades han introducido una serie de bonificaciones fiscales, ventajas tributarias y laborales, ayudas a la inversión y al empleo. Cabe por último resaltar, que Melilla ha sido clasificada como una de las Regiones Objetivo 1 por la UE, lo que implica nuevas oportunidades de incentivos económicos y financiación a través de diferentes programas europeos de desarrollo regional y social.
  1. CONCLUSIÓN
El sistema objeto de estudio es considerablemente estable, y está determinado por la peculiar realidad geográfica de Melilla. 
Por Fígaro. 

Claves para el inicio de campaña


Las encuestas electorales no son fiables. Aun así, hay que reconocer que muestran una preocupante—y poco habitual—unanimidad: el PSOE sería la fuerza más votada el 28 de abril, con unos 130 escaños según el promedio de los diferentes sondeos. El PP obtendría alrededor de 85 escaños; Ciudadanos, 55; Podemos, 36; y VOX, 24. Hors catégorie aparecía al principio de esta semana el CIS de Tezanos otorgando mayoría absoluta a la combinación PSOE-Podemos y hundiendo al PP.
Afortunadamente, como señalábamos, existen sobradas razones para cuestionar la capacidad predictiva de los “demóscopos”: desde las que parten de la experiencia (elecciones andaluzas, Trump, Brexit y un largo etcétera), hasta las que se centran en factores con gran capacidad para alterar los resultados finales de estas elecciones (indecisos, edad media del votante, alta o baja participación, voto oculto, antiguos abstencionistas ahora movilizados, sorpresas durante la campaña o jóvenes que votan por primera vez, entre otros), pasando por los ya habituales intentos de manipulación de la opinión pública. Lo que está claro es que nunca en la historia de nuestra democracia se conjugaron tantas variables, en un marco político tan fragmentado, para elegir un gobierno que haga frente a un reto tan inmenso como el que los enemigos de España plantean. Puesto que la supervivencia de nuestro país está en juego, lo prudente es admitir que cualquier cosa puede pasar el 28 de abril.
Estas consideraciones, que si pecan de voluntaristas es únicamente por la confianza que tenemos en los españoles, no debieran llamar a la complacencia. En el inicio oficial de la campaña electoral, el bloque de partidos que forman PP, C’s y VOX, que llamaremos constitucionalista por ser los únicos que han descartado pactar con fuerzas políticas separatistas y tendientes a subvertir nuestro régimen de derechos y libertades, debe tener hoy tres puntos claros si aspira a la victoria.
En primer lugar, y tras los tanteos y errores cometidos desde la convocatoria electoral, el bloque de centro-derecha debe concentrar todas sus energías en doblegar a su verdadero rival, el PSOE. Casado, Rivera y Abascal tienen que estar a la altura de la crítica encrucijada histórica en la que nos encontramos. No sería siquiera necesario alinear estrategias o formar equipos conjuntos, ya habrá tiempo para ello—y ese es el deseo de Floridablanca—tras las elecciones, pero sí lo es el tener un objetivo político común.
Lo cual nos lleva a nuestro segundo punto: a pesar de que el paso por la Moncloa de Sánchez ha sido breve, la catástrofe ha sido tal que ha generado munición suficiente para que los tres partidos constitucionalistas puedan abrir los ojos a muchísimos electores si centran el tiro. Así, la iniciativa en la proposición de los temas a debate en la campaña electoral debe ser del centro-derecha y girar inmisericordemente en torno a las indignas alianzas que Sánchez ha trabado con separatistas, “bilduetarras” y comunistas bolivarianos. Desde las 21 medidas pactadas con Quim Torra en diciembre, hasta el supuesto acuerdo para la celebración de un referéndum anticonstitucional si el PSOE necesita de los separatistas para gobernar, pasando por la promesa a PNV y Bildu de transferir más competencias al País Vasco, los límites morales de Sánchez, si es que los tuvo, parecen haber desaparecido. Sánchez, recordemos, el mismo candidato que en 2015 acusó a Rajoy de “no ser decente”.
A ello se ha de añadir la alargada sombra del retorno a la crisis que se cierne sobre la economía española gracias, entre otros factores, a los viernes antisociales del gobierno. El Banco de España prevé un magro crecimiento del 2.2% del PIB en 2019 hasta llegar al 1.7% en 2021; muy por debajo del nivel necesario para hacer frente a una tasa de desempleo que el FMI augura quedará estancada entorno al 15-14% en los próximos años, para reducir el ingente riesgo que supone tener el mayor déficit de la UE y una deuda pública del 100% del PIBy para financiar el coste de las pensiones, que se sitúa ya por encima del 41% del gasto público total (más de 9000 millones al mes). En nueve meses de gobierno socialista, el consumo de los hogares españoles se ha rebajado a la mitad y la tasa media de ahorro continúa en mínimos—apenas un 5,1% de la renta disponible, cinco puntos por debajo de la media europea—. Las expectativas de los empresarios son las peores desde 2016, los cierres se suceden y la industria ha entrado en recesión tras cinco años de crecimiento. Sánchez, contra las advertencias lanzadas por expertos organismos internacionales de todo tipo, se ha dedicado a poner continuos obstáculos a la generación de riqueza y empleo impulsando medidas populistas como la histórica subida del salario mínimo interprofesional y el aumento de las cotizaciones sociales, que dispararán el desempleo y reducirán la oferta de trabajo ante el pronunciado encarecimiento de los costes laborales. Ya hay casi 100.000 parados más que cuando Sánchez llegó a la Moncloa.
Si a ello añadimos los 32 decretazos “urgentes” en 9 meses, el Falcon, el revanchismo guerracivilista, la supuesta tesis doctoral de Sánchez, la politización indiscriminada de organismos del Estado (véase el referido CIS o RTVE), la ininterrumpida lluvia de escándalos ministeriales, el efecto llamada de la buenista e incoherente política inmigratoria del gobierno (en noviembre de 2018 la cifra de inmigrantes era el triple que la del año anterior, según el Ministerio del Interior), la letal contrarreforma educativa, lo que se está descubriendo bajo las alfombras del palacio de San Telmo… la lista de argumentos a disposición de la oposición parece no tener fin.
En tercer lugar, los partidos del bloque constitucionalista deben tomar la iniciativa propositiva. Deben exponer los principios generales que les guían y 10 o 12 medidas estrella de sus programas electorales. La simplicidad y brevedad de las ideas y mensajes, así como un innovador uso de los medios de comunicación y campañas en redes sociales, deben en paralelo combinarse con el profesionalismo y rigor de sus programas electorales, muestra y garantía de capacidad de gobierno y gestión, de alternativa.
Al contemplar el amplio espectro político que va del centro a la derecha es lógico encontrar posiciones maximalistas, ocurrencias o medidas que solo busquen titulares. Ello no debiera sin embargo hacer a PP, C’s y VOX, por un ansia de diferenciarse, centrar sus discursos en lo accesorio en lugar de lo importante. Aunque exista alguna discrepancia significativa, como su aproximación al derecho a la vida, es en el común denominador de los tres partidos donde verdaderamente reside su fuerza: España, la defensa de la libertad individual y la igualdad, y el imperio de la ley como garantía de nuestra convivencia y prosperidad. De esta base parten políticas clave para nuestro futuro, también compartidas, por muchos matices que se introduzcan: defensa de la propiedad privada y la creación de empleo, reducción de la injerencia del Estado en nuestras vidas, cohesión social y solidaridad, libertad educativa, y reducciones de impuestos y del gasto público, entre otras.
Estos son los principios y políticas que siempre hemos defendido en Floridablanca y que esperamos que guíen al próximo gobierno de España. Con encuestas o sin ellas, el partido no se acaba hasta que se termina.
Por Fígaro y Red Floridablanca. 

La guerra cálida

Refinería de Citgo en el Estado de Illinois (Michael Kappel / CC)

En el ecuador se libra una pugna de poder en unas condiciones de visibilidad internacional sin precedente. En la era de la desinformación, sin embargo, es cada vez más complicado distinguir las voluntades ocultas de los actores internacionales. En este tablero llamado Venezuela juegan todos: el continente Sudamericano en su totalidad, la Unión Europea, China, Rusia y Estados Unidos. Los dos últimos parecen estar reactivando antiguas rencillas en el Caribe, geografía que no les es desconocida. ¿Estamos ante el inicio de una nueva “guerra cálida”?
El levantamiento social devenido en Venezuela en los últimos años responde a décadas de mala gestión y corrupción de la revolución bolivariana, así como al descenso del precio del crudo, la mayor fuente de ingresos del país, que han abocado a la nación a una crisis humanitaria sin precedentes. Millones de venezolanos se han visto obligados a emprender un éxodo de su tierra natal ante la imposibilidad de alimentar a sus familias. La tremenda desconfianza del capital extranjero para hacer negocios en Venezuela, unida a una creciente e inmanejable inflación que ahoga las importaciones, ha puesto la soga alrededor del cuello de Maduro.
En este contexto, la clave la tiene el sector petrolero. El 49,9% del mayor activo venezolano en suelo extranjero, Citgo, está comprometido como garantía a Rosneft—compañía petrolera estandarte de Rusia, principal acreedor y socio de PDVSA (Petróleos de Venezuela, S.A.), y socio minoritario de PDVSA en la explotación de numerosos proyectos en la Faja petrolífera del Orinoco—por un préstamo realizado en 2016. Citgo, adquirida por PDVSA en 1980, es una refinería basada en suelo estadounidense y con importante presencia en el país americano.
El presidente Trump ha liderado el reconocimiento internacional de Juan Guaidó como legítimo presidente del país bolivariano, pero este no ha sido su único movimiento para ahogar el régimen de Maduro. La administración americana ha emitido sanciones que impiden a Citgo repatriar efectivo o crudo refinado a Venezuela, consignándolos en una cuenta en Estados Unidos cuyo acceso queda reservado a Guaidó. Además, también ha prohibido la compra de deuda venezolana en el mercado primario o secundario; congelado los bienes personales de numerosos altos cargos del régimen en el proceso; y a instituciones financieras extranjeras que faciliten operaciones que beneficien al gobierno de Nicolás Maduro.
Rusia, por su parte, ha sido capaz de invertir importantes sumas de capital en el país caribeño, convirtiéndose en el segundo mayor acreedor, sólo sobrepasado por China. De acuerdo con Reuters, estas inversiones suman cerca de 17.000 millones de dólares en préstamos y líneas de crédito. Destacan operaciones de financiación y refinanciación de la deuda soberana, préstamos para la compraventa de armamento y provisiones básicas (grano), participaciones conjuntas en entidades bancarias y, por último, la relación de Rosneft con PDVSA.
La verdadera pregunta es cómo pretende Estados Unidos sortear el hecho de que ahogando el régimen de Maduro está precipitando la caída económica de Venezuela en brazos de Rusia, que ejecutará las garantías que tiene sobre los distintos activos venezolanos. Algo es seguro, si la administración de Trump se convierte en el interlocutor internacional de confianza del ejecutivo venezolano, ostentará una posición significativamente mejor que la actual para hacerlo.
Citgo tiene potencial de convertirse en el núcleo del conflicto ruso-americano, dado que los primeros buscarán hacerse con una participación de control que garantizaría su acceso al corredor energético americano, mientras que los segundos probablemente tratarán de impedirlo alegando riesgo para la seguridad nacional.
Desde el punto de vista geoestratégico, el apoyo al régimen venezolano ha reforzado la presencia rusa en el Caribe, solidificando las relaciones institucionales y comerciales con países vecinos como Cuba, con quien ha acordado la provisión de crudo tras el descenso de influjo proveniente de Venezuela, y ha extendido nuevas líneas de crédito por valor de 50 millones para la adquisición de armamento en los últimos años.
Trump no parece tener intenciones de aliviar el cerco al eje de poder del Kremlin en Venezuela pese al riesgo que existe. Parece que no descansará hasta que el régimen de Maduro caiga, con la esperanza de que cuando el país esté en manos de su aliado Guaidó, cuente con el ejecutivo venezolano para defender sus intereses frente a los rusos y le ayude a ganar esta “guerra cálida”.
Por Fígaro. 

La OTAN cumple setenta (jóvenes) años


Fue el 4 de Abril de 1949 cuando los Estados Unidos, Canadá, Francia, Inglaterra, Italia, Holanda, Luxemburgo, Bélgica, Dinamarca, Islandia, Noruega y Portugal firmaron en Washington el Tratado constitutivo de la Organización del Atlántico Norte. Se trataba de una organización defensiva concebida con el proposito de utilizar si necesario fuera la fuerza militar para “salvaguadar su libertad, la herencia común y la civilización de sus pueblos, basadas en los principios de democracia, libertad individual y el Estado de Derecho”, y vertebrada por el compromiso de la ayuda mutua en caso de ataque a uno de sus miembros. El artículo 5 del breve texto es el que   recogía el principio:” …un ataque contra uno de ellos en Europa o en América del Norte será considerado como un ataque contra ellos…” Y por lo demás estaba concebida en un ámbito geográfico limitado a “Europa, America del Norte y el Atlántico al Norte del Trópico de Cáncer”.
En el nacimiento de la Alianza confluyeron intereses varios: la necesidad sentida por las democracias europeas de hacer frente a la continuada presencia de las tropas soviéticas en el Este de Europa tras el final de la II Guerra Mundial; la incapacidad mostrada por ese grupo, que en diversa medida habia sufrido las devastaciones del conflicto, para realizar en solitario la tarea; la convicción de que el enemigo no era ya la Alemania post hitleriana sino la URSS estalinista; y la decisión americana, fuertemente condicionada por el dantesco espectáculo de la Europa tras el conflicto e inspirada por la que llegaría a llamarse la doctrina Truman, de no repetir el error aislacionista tras la I Guerra Mundial y permanecer en Europa al lado de los países democráticos con el propósito de ayudar a su reconstrucción, garantizar su defensa y crear vínculos permanentes politicos y económicos.
El  proyecto inicial mostró pronto su capacidad atractiva tanto por razones geopolíticas como ideológicas y asi Grecia y Turquía se adhirieron al Tratado de Washington en 1952, mientras que la recién creada República Federal de Alemania lo hacía en 1955 y España, en la que sería decisión fundamental para la orientación de su política exterior tras la muerte de Franco, lo realizaba en 1982.La desaparición de la URSS y consiguientemente del Pacto de Varsovia en 1991 hizo pensar a ciertos círculos que el paralelismo debería desembocar también también en la clausura de la OTAN, una vez superada la Guerra Fría. Sin embargo tanto sus miembros del momento como los potenciales del futuro estimaron que su utilidad no estaba agotada. Y asi, en búsqueda de la seguridad de la asociacion libre para la defensa que la OTAN habia llegado a encarnar, y con la obvia intención de hacer frente a eventuales incursiones neo-soviéticas, fueron los antiguos miembros del Pacto de Varsovia y repúblicas independientes desgajadas de la Federación Rusa las que solicitaron su adhesión al conjunto. A ellos se fueron uniendo algunas de las nuevas entidades soberanas procedentes de la extinta Yugoeslavia. Y asi llegaron a formar parte de la OTAN en 1999 Polonia, Hungría y la Republica Checa. Y en 2002 Bulgaria, Estonia, Letonia, Ucrania, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia. Y en 2009 lo hicieron Albania y Croacia. Y en 2017 Montenegro. Mientras que aguardan su petición, con diversas perspectivas, Ucrania, Bosnia Herzegovina, Georgia y Macedonia del Norte. Los doce miembros iniciales de 1949 se han convertido setenta años más tarde en los 29 actuales, incluyendo países europeos en el Norte, el Sur el Este y el Oeste del continente y con la posibilidad de ampliar todavia más su número en el proximo futuro.
Es dificil encontrar en la historia universal el caso de una alianza político militar tan exitosa como la encarnada por la OTAN. Sobre todo si se tiene en cuenta que, a diferencia de lo que ocurría con el Pacto de Varsovia, los aliados atlánticos lo son como consecuencia de su libre y soberana decisión. Que la hayan tomado precisamente para conjurar las servidumbres a las que se vieron despóticamente sometidos sobre los tiempos de la Guerra Fría dice todo sobre el alcance del conjunto y sobre su misma eficacia. Tambien lo dice todo sobre el sistema de forzadas alianzas internacionales que la URSS impuso durante su existencia.
La OTAN ha constituido y sigue constituyendo una importante garantía de seguridad para sus miembros y mostrado una demostrada capacidad para ofrecer la estabilidad en las relaciones internacionales.  Ha disuadido aventuras ajenas y limitado su proyección al propósito defensivo originario, aunque la evolución de los tiempos haya aconsejado su intervención en escenarios lejanos a los originariamente previstos: Serbia, Bosnia, Afganistán, Somalia, Libia. No todos realizados con el mismo éxito, pero todos demostrativos de una voluntad común para propiciar respeto a fórmulas pacíficas nacionales e internacionales de convivencia. Ha puesto en funcionamiento el mecanismo del articulo 5 de Tratado sólo en una ocasión, cuando los Estados Unidos sufrieron los ataques terroristas del 11 de Septiembre de 2001, encontrándose incluso con la evasiva de Washington y el rechazo de la oferta. Y sólo en la mente de los nostálgicos de la URSS, que de manera tan precisa encabeza Putin, puede encontrar cabida la afirmación de que la expansión de la OTAN hacia el Este tenga propósitos ofensivos contra la Federación Rusa.
 Resultaría inadecuado ignorar que este significativo aniversario viene cargado con las sombras que ahora aquejan al internacionalismo liberal nacido al calor de la postguerra en 1945 y pegajosamente subrayadas por el neo nacionalismo trumpiano, especializado en abrazar al adversario y denigrar al aliado. No es infundada la exigencia de que los socios cumplan con sus obligaciones defensivas. Pero si lo es el poner radicalmente en duda los principios, la experiencia y los resultados que han unido en una común voluntad defensiva a una buena parte de las democracias que en el mundo son. La OTAN ha prestado un espectacular servicio a la paz y a la estabilidad mundiales. De torpes o de necios mal intencionados seria no reconocerlo en este su setenta aniversario. Quieran los hados que sea su primero en el cómputo.
Por Fígaro.

La identidad en Cataluña

Castellers / Pixabay

Es habitual que un autor presente de entrada una lista, más o menos larga, de antecedentes a modo de credenciales que le permitan excusarse de antemano de aquello que va a escribir. En mi caso, en muchas ocasiones he tenido que nombrar el origen catalán de padres (los dos), abuelos (los cuatro), bisabuelos, y hasta tatarabuelos. Esa carta de presentación genealógica forzada por mi interlocutor y su “pero ¿tú eres catalán?” parece otorgar una patente de validación (a veces, apenas) al derecho de presentar opiniones que suelen discrepar del discurso dominante en Cataluña y que sin ella carecerían de valor.
Hace años, en mitad de una charla, un amigo súbitamente me soltó: “Javi, si tú y yo somos catalanes ¿por qué hablamos en castellano?”. Inmediatamente, sin que yo me lo cuestionase, cambiamos al catalán. Con los años, esa pregunta ha sido causa de mucha reflexión: lo que se está dirimiendo en Cataluña es un problema de identidad: cuál es y cuál debe ser la identidad de Cataluña.
Sin darnos cuenta hemos asumido – todos – un marco mental que deberíamos refutar de plano. Si hay una pregunta que he aprendido a aborrecer con pasión es la que lleva años haciendo el Centre d’Estudis d’Opinió(el CIS catalán) que quiere saber del encuestado si se identifica más como catalán o español.  Ante esto, yo presento una enmienda a la totalidad ya que la pregunta asume que las identidades catalana y española son dos identidades diferenciadas que se mezclan, o no, en diferentes medidas. Esa contraposición, esa obligación de escoger, es la que busca el nacionalismo forzando a los individuos a definirse. No, la identidad de cada uno de nosotros no puede compartimentarse pues es una y es única. Puede y debe definirse de muchas maneras ya que cada uno de nosotros presenta una combinación única de vivencias, razas, o lenguas. Más importante aún, cada uno de nosotros es lo que con ese bagaje decide ser.
He ahí la clave de lo que sucede en Cataluña: definir si la identidad “ideal” colectiva “catalana” se sitúa por encima de una identidad individual de decisiones personales; definir qué es propio (a conservar) o extranjero (a rechazar).
Podremos sentir más o menos apego por ciertas tradiciones, gustarnos más o menos, pero nuestro afecto por ellas y deseo de conservarlas no puede venir a costa de la decisión única, individual e intransferible de cada ciudadano de seguirlas… o rechazarlas. En Cataluña es la lengua, alrededor de la cual se construye todo lo demás, la esencia máxima de la (supuesta) identidad catalana. La idea de una lengua “propia” de un territorio sitúa sutilmente al resto como foráneas. Lean el manifiesto Koiné y vean quién lo firma, así como la fallida declaración unilateral de independencia que habla de una sola lengua. Aunque lo que debería ser importante no es la lengua en la que uno escriba sino lo que uno con ella diga, conseguir esa identificación individual plena con la lengua “propia” es fundamental en el proceso de construcción nacional pues es más fácil desprenderse de una religión que de la lengua materna: podemos vivir sin creer, pero no podemos vivir sin comunicarnos. La aversión o vergüenza que produce y se hace sentir –muchas veces sutilmente – a muchos catalanes el ver y ya no digamos el escribir Cataluña con ñ, ejemplifica claramente esa fina lluvia identitaria que todo ha empapado y que rechaza y excluye a quien no la acepta. El argumentario económico no es más que el envoltorio de una queja identitaria.
La identidad es individual y cómo se exprese es por ello una decisión personal y libre. O así debería serlo. Una sociedad de libertades no sólo no puede imponer sino que debe rechazar cualquier exigencia identitaria. Se pueden promover tradiciones, religiones y lenguas como el legado que nos ha llevado como sociedad, entendida como conjunto de individuos, a donde estamos pero ningún gobierno, cuya función última es la de servir y expandir esa libertad individual en la medida de lo posible, debe imponerlas.
Hasta que no se asuma y se defienda, sobre todo por parte de una izquierda que en este aspecto adopta el papel más conservador posible, que el castellano es tan “propio” de los catalanes y de Cataluña, como el catalán y que el uso de la lengua – la que sea – tiene que ser el resultado de una elección individual libre, no habrá avance alguno. Mientras no rompamos el marco impuesto de una sociedad identitaria colectiva (lingüística) frente a una de valores compartidos, no seremos libres de expresar nuestra identidad y modo de pensar individuales – fruto de decisiones personales -– como mejor nos venga en gana sin tener que presentar de antemano carta genealógica alguna. El nacionalismo, que exige lealtad y sumisión a su ideal identitario, jamás lo hará por sí mismo.
Por Fígaro. 

La solución inmediata para el tren a Extremadura


España es líder europeo en transporte ferroviario de alta velocidad, concretamente con 2.852 km, superando a los pioneros de esta tecnología en Europa, nuestros vecinos franceses. En 1992, se inauguró el primer servicio de AVE entre Madrid y Sevilla. El siguiente hito más memorable no ocurriría hasta 2008, con la conexión con Barcelona y posteriormente, en 2013, el enlace internacional con Francia. Estas líneas de alta velocidad en España destacan por las siguientes características: velocidad máxima comercial de 300 km/h, ancho de vía UIC (Union Internationale des Chemins de Fer) de 1.435 mm, electrificación a 25.000 V, diseño en doble vía y, lo más importante, cuentan con los más altos sistemas de seguridad, siendo el más extendido el ERTMS (European Railway Train Management System).
Este servicio de transporte terrestre podría calificarse como exclusivo a nivel mundial, por no estar ampliamente extendido, debido a sus altas necesidades en inversión, tecnología y mantenimiento. En España destaca la región de Cataluña, no sólo por contar con cinco estaciones de alta velocidad, sino por estar todas ellas conectadas, lo que permite a los habitantes de Cataluña poder desplazarse a 300 km/h regional, nacional e internacionalmente. Frente a estos españoles aventajados, existen otros que no viajan en clase turista, sino que su ferrocarril está más cerca de las primeras locomotoras de vapor, a los que podríamos calificar como la España convencional.
El transporte ferroviario convencional tiene en común un ancho de vía ibérico de 1.668 mm y un sistema de seguridad ASFA (Anuncio de Señales y Freno Automático), lo que se traduce en una velocidad máxima de 160 km/h. En este tipo de líneas, pueden existir tramos de vía única y además que no estén electrificados. Éste es el ferrocarril que conocen y sufren no sólo los extremeños, sino otro gran número de españoles, como los de Teruel o Soria.
Tras las últimas incidencias producidas en la explotación ferroviaria entre Madrid y Extremadura, el Director General de Transportes de la Junta de Extremadura, José González, se atrevió a definir la gestión de Renfe como inútil. Se entiende que esta calificación se hacía extensible a los máximos responsables socialistas de la Junta de Extremadura, que gobiernan y han gobernado durante más de 32 años dicha región. Así como, a su compañero de partido, José Luis Ábalos, responsable máximo de las empresas públicas Renfe y ADIF.
La primera incidencia que saltó a los medios nacionales se produjo en octubre de 2018, con la parada de un tren procedente de Extremadura en Fuenlabrada por quedarse sin gasoil. El Gobierno de Pedro Sánchez y el PSOE, que se encontraban en un momento de pedir dimisiones hasta por respirar, aplicó dicho procedimiento, y cesó a dos Gerentes de Renfe. En vez de analizar y estudiar las causas de dicho suceso, para proponer un plan de mejora en la red. Posteriormente y solamente unos meses más tardes, en enero de 2019 volvía a producirse otra gran incidencia, en un vehículo de la serie 594, en  la línea Madrid – Extremadura. Una vez más, la única solución del gobierno socialista es la de petición de dimisión de un responsable de la empresa CAF, mantenedora de la serie 594. La solución inmediata que mejoraría el transporte ferroviario con Extremadura, sería la puesta a disposición de vehículos de la serie 730 de Renfe, que permiten circular por toda la Red Ferroviaria de Interés General. Estos trenes, construidos por los fabricantes Talgo y Bombardier, cuentan con la posibilidad de circular por vías tanto de ancho UIC como ibérico, así como por vías electrificadas o no con una velocidad máxima comercial de 250 km/h. Pero la realidad es otra: la respuesta socialista dada a los extremeños es la de la sustitución progresiva de los vehículos 594 por otros de la serie 598, en otras palabras, una tomadura de pelo.
En 2003, el Presidente José María Aznar junto con su homólogo luso anunciaron el acuerdo de construcción de una línea de alta velocidad que uniría Madrid con Lisboa, en menos de 2 horas y 45 minutos. Esta línea daría servicio a toda la población extremeña. Posteriormente, en 2008, el gobierno portugués por problemas presupuestarios abandonó el proyecto. En ese momento, los Presidentes del Gobierno de España y de Extremadura, los socialistas José Luis Rodríguez Zapatero y Guillermo Fernández Vara sentenciaron la muerte del ferrocarril en Extremadura, puesto que podían haber continuado con el desarrollo del proyecto para el tramo español, pero los intereses estaban puestos en otorgar favores presupuestarios a los socios independentistas de ERC.
Los fallos en la explotación ocurridos en Extremadura, no se deben sólo a problemas del material rodante, sino, principalmente, a la infraestructura gestionada por ADIF. España es el único país del mundo que tiene una doble infraestructura de alta velocidad y convencional. Dicho diseño fue concebido erróneamente por el gobierno socialista de Felipe González. Esto se ha traducido en un doble gasto en mantenimiento de ambas infraestructuras, y una inversión exclusiva en la alta velocidad, lo que ha supuesto que muchos tramos de la red convencional española dispongan de unos sistemas de seguridad primitivos y una conservación casi inexistente de las vías. Mientras que los viajeros de alta velocidad se desplazan con el máximo nivel de seguridad desarrollado, el sistema ERTMS, los extremeños no solamente sufren el abandono de la red convencional, sino que se desplazan con mayor inseguridad, al estar equipadas sus vías solamente con ASFA y ejecutar los bloqueos de vía mediante teléfono, en vez de con enclavamientos electrónicos. El futuro del ferrocarril en Extremadura pasa por la liberalización del transporte ferroviario nacional de viajeros en 2020, lo que se traducirá en una mayor competencia, una mayor oferta, unos mejores servicios y mejores precios para los extremeños.
Por Fígaro.